Dentro del grupo de interfaces 3D disponibles
comercialmente (o en forma experimental) hay diseños que son, como mínimo,
revolucionarios. Algo de eso vimos cuando te contábamos, por ejemplo, cómo
funciona el sistema que permite diseñar muebles en el aire. Sin embargo, muchas
veces no hace falta una tecnología incomprensible o inalcanzable económicamente
para cambiar de forma radical la manera en que usamos nuestro ordenador.
